Señor mío y Dios mío.
Hoy tus hijos Venezolanos venimos suplicantes, para que ayudes a nuestro país a que vuelva a ser como era antes. Un país donde nos ayudábamos entre hermanos, un país donde no se le daba cabida al odio o al rencor. Un país donde todo era abundancia.
Te pedimos señor que salves a Venezuela de las acechanzas del maligno y que ates a los pies de la Cruz de Jesús, todas las injusticias, peligros, miserias, y necesidades. tráenos de vuelta a los Venezolanos solidarios y fraternos, tráenos de vuelta al amor, la abundancia, la educación y el respeto por la vida.
Te lo pedimos en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo tu hijo, que vive y reina, por los siglos de los siglos. Amén.
(Paz y bien).
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